En nuestra vida diaria, los cordones suelen pasar desapercibidos… hasta que se rompen o ya no sujetan bien.
A simple vista pueden parecer un elemento menor, pero cumplen una función vital: mantener nuestros zapatos bien ajustados y luciendo impecables.
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En este post queremos ayudarte a saber cuándo cambiar los cordones, ofreciendo pautas claras y útiles. Hablaremos de cuándo reemplazar los cordones, cada cuánto tiempo cambiar los cordones, y cómo saber si ya toca sustituirlos.
Frecuencia de uso del calzado
Para comprender cuándo es momento de cambiar los cordones, resulta muy útil saber cuántas zapatillas utilizan de media las personas y cada cuánto se usan.
Según varios estudios (y nuestras observaciones propias), una persona suele tener entre 3 y 5 pares de zapatillas en rotación y usa cada par varios días a la semana.
- Si tenemos, por ejemplo, 4 pares y los rotamos uniformemente, cada par se usa unas 2 veces por semana, lo que suma 8 usos al mes.
- En un año, eso representa unos 96 usos, y los cordones sufren cada atada y desatada, además del roce constante y la suciedad.
Estos datos no son definitivos, pero sirven para ilustrar que nuestros cordones están expuestos a un uso intensivo: cada mes cientos de ciclos pueden pasar por ellos.
Por eso, prestar atención a su estado, aunque no te parezca urgente, marca la diferencia.
¿Cada cuánto tiempo hay que cambiar los cordones?
Desgastados o deshilachados

Cuando los hilos comienzan a aflorar y los extremos se deshilachan, estamos viendo un signo claro: el tejido está perdiendo su integridad.
En este punto, los cordones son más propensos a romperse por tensión o roces repetidos.
Cambiarlos antes de una rotura total evita encontrarse caminando con un zapato suelto.
Ya no sujetan correctamente
Si al andar notas que el nudo se desata o se deshace con facilidad o que los cordones se aflojan durante el uso, es que han perdido rigidez.
Ese efecto indica que el material se ha estirado o debilitado, y ya no cumplen bien su función de sujeción.
Están sucios y no se limpian bien

Los cordones acumulan polvo, barro, restos de jabón o incluso manchas que no desaparecen con un lavado sencillo.
Cuando el tejido ya no recupera su color o tacto al limpiarlo, lo aconsejable es sustituirlo por uno nuevo. Así protegemos también el aspecto del calzado.
Antes de hacerlo, recuerda poner en práctica nuestros consejos para lavar cordones blancos .
Su estilo ha pasado de moda

A veces el cambio es por puro estilo: ese tono que te encantaba ya no encaja con tu look actual, o el material ha quedado opacado.
En esas ocasiones, renovar cordones da un giro estético inmediato: un par de cordones nuevos pueden transformar por completo el espíritu del zapato o zapatilla.
Conclusión final
En resumen, recomendamos cambiar los cordones cuando:
- Están deshilachados o presentan roturas.
- No sujetan bien: el nudo se deshace con facilidad.
- Están demasiado sucios o con manchas persistentes.
- Quieres renovar el estilo de tu calzado.
Teniendo en cuenta un uso medio de calzado diario, lo apropiado suele ser revisar los cordones cada 3 a 6 meses, aunque esto varía según frecuencia de uso, tipo de calzado y actividades que realizamos.
Lo más importante es estar atentos a las señales: cuando los cordones den señales claras, no esperes a que se rompan o pierdan función.
Así que atentos a esos pequeños detalles: unos cordones bien cuidados marcan la diferencia en comodidad, seguridad y estética. 😉